Cuando se adquiere cualquier equipo nuevo de rehabilitación es importante considerar que, para que tenga un buen desempeño y una larga vida útil, hay que cumplir con su programa de mantenimiento preventivo.
Un equipo que está en uso continuo va a presentar un desgaste natural, así como acumulación de suciedad de forma parcial o total en sus componentes, va a tender a desajustarse en sus parámetros de medición; todo esto es normal. Si a esto le agregamos que pueden estar expuestos a humedad, polvo, poca ventilación, etc. puede aumentar la probabilidad de fallo del mismo.
Es importante destacar que hay equipos que por su uso requieren mantenimiento preventivo periódicamente. La recomendación de nuestro equipo de ingenieros expertos del departamento de Servicio Técnico de Interferenciales de México es que si el equipo está en uso constante, debemos agendar su mantenimiento cada seis meses. Por otro lado, si el equipo se usa, pero no con una frecuencia regular, se puede agendar su mantenimiento preventivo de manera anual.
Gracias al mantenimiento preventivo, se pueden evitar averías, asegurar el buen desempeño de los equipos y prolongar la vida útil además de ayudar a garantizar la seguridad tanto de los profesionales de la salud como de sus pacientes.
Pero, ¿En qué consiste el mantenimiento preventivo?
Consiste en revisión y ajustes de parámetros para poder asegurar que el equipo está ajustado conforme a las especificaciones del fabricante, limpieza interna y externa, ajuste y lubricación de componentes mecánicos (cuando aplique), detección y ajuste de cualquier aspecto que implique una posible falla potencial.
¿Cuál es la importancia de dar mantenimiento preventivo a los equipos?
La importancia radica en poder detectar a tiempo problemas futuros y con esto se ve reflejada una reducción en reparaciones y costos innecesarios ya que cuando ocurre la falla implica un gasto mayor.
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